Tenemos entre las manos un cigarro puro habano con forma figurada simple, con una construcción de marcado canon estilizado, elaborado con tripa larga de la Vega de Hoyo de Monterrey en Vuelta Abajo (Pinar del Río, CUBA) y realizado totalmente a mano, se remata con un acabado de la perilla impecable. De color maduro, poco aceitoso con venas finamente marcadas, tacto suave aunque ligeramente áspero en algunas zonas. La percepción al apriete es blanda y esponjosa, sin variaciones de color en la capa. Dispone de un doble anillado, con la anilla habitual dominada por el escudo con borde y corona en dorado, con letras blancas (HOYO DE MONTERREY HABANA) sobre fondo rojo vivo, orlada toda la anilla con formas rectas acabada en dobles curvas, con colores dorados y rojos sobre fondo blanco, custodiado con las palabras en rojo a izquierda (HABANA) y a derecha (CUBA), y una segunda anilla de edición limitada con fondo y orlado de banda y círculos dorados con letras en negro (EDICIÓN LIMITADA 2011). Se presenta en cajón de SLB en camada única de 10 puros. El corte con cortapuros de una hoja ovalada plateada, de algo más de la mitad del cepo, resultando perfecto y homogéneo. El encendido se realiza con cerilla de cedro Swedish Match. La fumada en crudo nos adelanta un sabor dulce, el aroma recuerda a tierra seca y establo.
Un encendido inmejorable, en recinto interior, sin ningún tipo de corriente de aire hace que la primera calada de la fumada sea excepcional, así como el resto del desarrollo de la misma. En el primer tercio se comporta con un tiro excelente que combustiona de forma homogénea en el desarrollo de toda la fumada, con un aroma amaderado muy aromático. La ceniza se muestra uniforme, homogénea y compacta, con anillos concéntricos, de color gris claro y con resultado final de caída de forma cónica, lo que nos indica el excelente estado de humedad. El sabor a notas especiadas, con toques de tostados, con retrogusto ligeramente dulzón, en el desarrollo de los tercios siguientes se acomplejan los matices pero se mantienen los toques de especias y tostados con final dulzón. La fortaleza inicialmente es suave y así se mantiene en todo su desarrollo. La fumada es espléndida con un humo expelido cremoso, muy blanco e intenso.
Me resisto de nuevo a terminar este acto tan placentero, apuro el cigarro habano y mi deleite concluye después de 92 minutos, al final reposa el cigarro puro en un viejo cenicero azul donde descansa hasta su final desaparición, liberando un fino hilo de humo blanco y emanando un olor muy aromático. Hoy me acompañó la soledad, el silencio de este espacio interior, desde cuyas ventanas se vislumbra un impresionante azul cerúleo en este invierno cálido y los árboles caducos enseñan su esqueleto liberado de sus hojas caídas. Un magnífico puro habano para un emotivo regalo de Reyes 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario