domingo, 25 de agosto de 2013

Cuaba. Tradicionales. Favorito. 25 de agosto de 2013

     Cuaba. Vitola de Salida Tradicionales. Vitola de Galera Favorito. Cepo 42 (16,67 mm). Longitud 120 mm. 6,80 Euros.

     Una agradable tarde pasé en mi última visita a la cava, departiendo un rato largo sobre tabacos, viajes, gastronomía y otras aficiones que emocionan al “bon vivant”. Tenía ganas de completar las reseñas del corto vitolario de Cuaba, habíamos reseñado ya la vitola de Exclusivos, y decidí adquirir este Tradicionales y otro Generosos, no pude completar la compra con el pequeñín del vitolario, el Divinos, quedando éste pendiente para la próxima visita. Este Tradicionales es un ejemplar como el resto del vitolario de Cuaba con exquisita forma de doble figurado, de manufactura impecable, una labor bien torcida con buena carga de tabaco de tripa larga cultivado en las famosas vegas de Vuelta Abajo, realizado por manos expertas que lo referencia un acabado magistral de la perilla y de su forma. A la vista se presenta con una preciosa capa que viste de un sugerente color colorado maduro sin variación de color en todo el habano, en las manos y recorrido todo el ejemplar sentimos un tacto aceitoso, con venas marcadas y bien tratadas, que dan al tacto una suavidad agradable, terminando con un apriete que es esponjoso, no presentando ningún tipo de dureza apreciable. Acompaña de forma elegante una elegante anilla, que dispone de una orla central elíptica de fondo vino burdeos, con grandes letras doradas y centradas “CUABA” y en la parte inferior y en menor tamaño con letras blancas “HABANA CUBA”, todo está terminado en borde dorado, en los laterales curvos con mismo fondo vino burdeos y borde dorado, se divida unas decorativas hojas en forma trilobuladas a ambos lados un ramillete de círculos tangentes entre sí, todos estos motivos en el elegante dorado que engalanan la anilla. Se presentan en empaque de cajón habilitado con dos capas de 12 y 13 habanos con separación de lámina de cedro. Está identificado el cajón con las iniciales PEL y fecha de manufactura mayo de 2002. Realizamos el corte después del encendido por lo que no podemos reseñar la fumada en crudo. El corte es realizado con cortapuros de dos hojas marca XICAR, con algo más de la mitad del cepo, siendo el resultado homogéneo, preciso, recto, y sin ningún daño en la perilla. Se realiza el encendido con varilla de cedro preencendida con mechero Bic. Este bello doble figurado cuando nos lo acercamos a la nariz en frio sentimos aromas dulzones, melifluos, levemente achocolatado, también levedad en las notas amaderadas.

   












 De nuevo en mi destino, cómodamente sentado, resguardado del viento, que hoy sopla más de la cuenta, pero se agradece porque el calor de la tarde es verdaderamente sofocante, fruto de ello es el sonido chirriante de una cercana cigarra que evidencia la temperatura estival. Preenciendo la varilla de cedro con el encendedor Bic, y acerco este Cuaba a la llama con la distancia necesario para que apenas toque la llama pero logrando el encendido con el calor de la misma, voy ligera y pausadamente girando el habano, hasta conseguir el anillo de brasa deseado, por último finalizo el encendido con movimientos de muñeca para lograr la homogeneidad del encendido, decir que este encendido es más dificultoso y complicado que los puros parejos por su estrechez en la cabeza. Cuando he logrado el encendido deseado, acto seguido acerco el cortapuros a la perilla y realizo el corte. Aún no he tomado la primera calada y la zona se llena de un aroma típicamente de Cuaba, creo que es uno de los aromas más exquisitos y reconocibles del vitolario de habanos. En el inicio de la fumada el tiro se sitúa por debajo de la excelencia, a pesar de ello la carga de humo en boca es aceptable. La combustión inicial se muestra homogénea, con una ceniza de tonalidad con tramos de gris claro entremezclados con tramos de gris más oscuro, con anillos algo gruesos de color negro y algunas zonas escamadas y despeinadas, en este primer tercio no cae el bloque de ceniza. Siguen llegando aromas en nariz exquisitos, si me permiten “cuabeños” con recuerdos amaderados, dulzones, empíreos como pan recién horneado, toda una golosina para la nariz este aroma. En el sabor destacan notas empíreas, tostadas con retrogusto dulzón, que hacen las delicias del fumador. La fortaleza la situamos en un rango de la gama suave-media.

   






 Entramos en el segundo tercio, iniciamos la parte central del cepo, creía yo que el tiro al llegar a esta zona mejoraría pero no ha sido así y queda por debajo de la excelencia, aunque no es escaso pero si te hace estar muy pendiente de la fumada, para evitar algún que otro sobresalto: La combustión en el final del tercio anterior tuvo que rectificarse con bic, porque se tornó algo dispareja y afeaba esto el desarrollo de la fumada, ahora permanece homogénea, puede ser que el viento reinante dificulte el desarrollo parejo de la combustión de este maravilloso y distinguido ejemplar. La ceniza se torna de tonalidad grisácea blanquecina, desaparecen las escamas anteriores, dando paso a una conformidad más lisa, con anillos concéntricos, al caer esta prolija ceniza, casi la mitad del habano queda un resultado plano con ligera forma cónica, que placer ver esa enorme ceniza reposando en el cenicero. De nuevo me asombra el aroma, es una unión de aroma-Cuaba que siempre irá presente en mi memoria, a las características anteriores de madera, empíreos y dulzones, llegan ahora reminiscencias especiadas, recuerdos acanelados y de nuez moscada, maravilloso momento. En el sabor se acompleja en el retrogusto y no permanece tan patente el dulzor anterior, siguen presente los tostados y los empíreos, pero ahora llegan notas especiadas que dan una evolución al recorrido de la fumada. Aumenta la fortaleza en la fumada y se sitúa en el rango medio.
  





 Bebo y me enjuago las papilas gustativas con agua fresca de pozo para el inicio del último y tercer tercio de este doble figurado de Cuaba. Al caer la ceniza en el tercio anterior, el tiro gana enteros, pero no llega a situarse en el entorno de la excelencia, y aunque ahora tenemos momentos de inhalaciones con mayor carga de humo en boca, que hace más placentera la fumada, peca en sí la fumada de escasez de tiro, sin llegar éste a tener apreturas ni molestias en la calada. La combustión permanece homogénea con ligeras rectificaciones, que realizo para ver más vistoso el desarrollo, volverá a caer la ceniza casi al final de la fumada, y ya permanecerá incólume hasta la muerte digna de este ejemplar, con una tonalidad gris clara con anillos de tonalidad más oscuras y algunas zonas de ligeros despeines. De nuevo el aroma emociona la fumada, llegan con más notoriedad las notas especiadas, y con menor presencia de las maderas, los empíreos y el dulzor. En boca también se hacen más notorias y presentes los especiados en detrimento del dulzor, que queda mucho más liviano en el retrogusto. La fortaleza no aumenta y queda en un grado medio, disfrutable esta fumada que lleva un tiempo de 91, apurando el habano hasta su reposo definitivo en el cenicero.









     Este habano es plausible y meritorio, aunque hemos esperaba algo más en el tiro y la combustión, no podemos decir lo mismo del aroma y el sabor que es totalmente sobresaliente, volveré siempre a Cuaba cuando quiera asegurarme del deleite y regocijo de un aroma y de un sabor inconfundible. Totalmente recomendable desde el momento de su adquisición en la cava, pasando por su presencia en el humidor y el disfrute pleno con esas dos características memorables que reseño.





domingo, 18 de agosto de 2013

Montecristo. Nº4. Mareva. 18 de agosto de 2013.

     Montecristo. Vitola de Salida Nº4. Vitola de Galera Mareva. Cepo 42 (16,67 mm). Longitud 129 mm. 6,50 Euros.

     Esta fumada tiene una historia particular y nostálgica, todo comenzó el pasado mes de noviembre de 2012 en un viaje de trabajo a la ciudad de Cuenca, que comparte con Cáceres ser ambas Patrimonio de la Humanidad, se sucedería un encuentro con un amigo y compañero de trabajo el doctor Algarra, después de cenar, se levantó y fue a su abrigo, de ahí sacó con gran alegría este ejemplar de Montecristo que hoy reseñamos. Me hizo gran ilusión su detalle, me comentó que había sido traído directamente de la isla por una buena amiga suya, ante su insistencia que me lo fumara aquella noche y ante la falta de medios que teníamos en ese momento, decidí no hacerlo. De regreso a Cáceres lo acondicioné en mi humidor, esperando el momento ideal para su fumada. Este Montecristo nº4 nos trae recuerdos pretéritos con el doctor Algarra, pues eran las mismas vitolas con los que festejábamos los finales de los Encuentros Anuales que se realizaban en nuestra empresa, se servían montañas de esta mareva en bandejas de plata, cada uno se servía un ejemplar y fumábamos gustosos y contentos en un ambiente agradable y distendido. Me hubiera gustado compartir la fumada con él, hacerle llegar esta reseña que hoy anotamos, pero no va a ser posible, tal vez hubiera sido mejor haber fumado este habano en su compañía, comentándole directamente los sabores y aromas, texturas y sensaciones con la narración de cualquier suceso histórico, el último de aquella noche fue el Hambre de Postguerra en Extremadura, el Doctor Algarra era un médico humanista, de aquellos que pocos quedan, no solo sabía de medicina sino que tenía multitud de recursos para disfrutar de su compañía, pero sobre todo lo que más le apasionaba era la historia. Cuantos recuerdos vienen cargados de emoción en este fumada. Doctor Algarra muchas gracias por este regalo y por tu amistad que siempre tendré presente en mi memoria.

     Tenemos ante nosotros el cigarro habano más consumido en nuestras latitudes, la mareva que todo buen fumador ha de fumar alguna vez en su vida para sacar sus propias conclusiones. Una labor realizada totalmente a mano con hojas de las vegas de Vuelta Abajo, presenta un formato parejo, con forma cúbica debido a la disposición en el empaque, está bellamente vestido con una preciosa capa fina y bien tratada de color colorado maduro con venas marcadas y homogeneidad en la tonalidad en todo el recorrido, solo un pequeño pero, la perilla dignamente realizada, presenta un desconchó que afea la visión de este bonito ejemplar. Dispone de una buena carga de tabaco, entre las manos se nos muestra ligeramente oleoso que hace deslizar con cierta facilidad los dedos por todo el habano, cuando comprobamos el apriete vemos que dispone de una suavidad que antecede una buena fumada, todo es homogeneidad sin ninguna dureza aparente. La anilla clásica cubana de Montecristo, brillante y suave, de fondo marrón puro, dominada en el centro por la hoja de lis en color blanco enmarcada en doble anillo concéntrico, en el círculo interior el motivo floreado y en el círculo exterior en letras blancas en la parte superior “MONTECRISTO” y en la parte inferior “HABANA”, se remata la anilla a ambos lados con formas rectas paralelas y con motivo interior cenefado circular con colores blancos sobre fondo marrón puro. Aunque es un regalo y no he podido ver el empaque, éste debiera ser un cajón habilitado con 25 habanos en dos capas de 12 + 13 con separación de lámina de cedro, no tenemos referencia de identificación ni de fecha de manufactura. El corte es realizado posterior al encendido con cortapuros de dos hojas marca XICAR, con algo menos de tres cuartos del cepo, siendo el resultado recto, homogéneo pero con un desprendimiento importante de la perilla, he tenido todo el cuidado posible pero la perilla que estaba dañada ahora se ha desprendido gran parte, quedando visible el capote. Se realiza el encendido con varilla de cedro preencendida con mechero Bic. En nariz el habano en frio nos ofrece aromas dulzones con mezclas de maderas y recuerdos de tierra mojada, también se dejan sentir aromas levemente empíreos como chocolate, todos aromas de la tierra de Cuba.

 





   Resguardado del viento enciendo mi Montecristo en el exterior, he preenciendo la varilla de cedro con el encendedor Bic, mimo el habano acercándolo ligeramente la llama y giro pausadamente hasta lograr el anillo de brasa, acompaño con movimientos muy ligeros de muñeca para lograr la homogeneidad del encendido, una vez logrado la brasa deseada acerco el cortapuros y realizo el corte. En el inicio atesora un tiro excelente, con buena carga de humo en boca y un resultado placentero de exhalación de humo blanco y sedoso que inunda la zona de un buen aroma. La combustión se muestra en principio homogénea, pero en el desarrollo del tercio requiere una corrección que realizo con el encendedor Bic, presentando a la vista una ceniza de tonalidad gris oscura, con anillos extensos de color negro, cuando cae el primer bloque de ceniza bastante prolija y compacta queda un resultado totalmente plano. Llegan aromas en nariz que recuerdan a maderas, leves notas cafeteras, que se dan más en el sabor, ya en boca acompañan notas tostadas, empíreas como decíamos, bastante seca la sensación incluso sin llegar a ser astringente, si que llega un amargor en el retrogusto que no es totalmente de mi agrado. La fortaleza la situaremos en un rango de la gama media. Antes de concluir el primer tercio refresco mi paladar con agua fresca de pozo.

  






  Entrando en el segundo tercio de nuevo el tiro se muestra excelente, buena ligada para este ejemplar, uno de los conocidos problemas de esta vitola es la ausencia de tiro en algunas unidades, en el caso que reseñamos como digo se comporta de manera muy digna y placentera. Con la rectificación realizada en el tercio anterior ha sido suficiente para lograr que su comportamiento en este segundo tercio sea pareja y homogénea. Persiste el aroma de maderas, tonos cafeteros, aromático en toda su extensión que hace muy agradable el momento, sin embargo con respecto al sabor de nuevo asaltan notas amargas que se mezclan con las sensaciones madereras, cafeteras o torrefactas, con puntas leves de dulzor mezcladas con restos de especias, tanto el dulzor como lo especiado llegan con mucha levedad, a medida que avanza el tercio la notoriedad de lo especiado llega con mayor notoriedad. Con respecto a la ceniza el comportamiento es prolijo, extenso y compacto con una ceniza gris oscura con anillos amplios de mayor oscuridad cromática, algo despeinada en alguna zona, pero sin llegar a afear el resultado, cuando vuelva a caer nos muestra de nuevo la planeidad absoluta. La fortaleza podemos decir que la mantenemos como en el tercio anterior, rondando la gama media. En este segundo tercio se presenta un problema con la zona de la perilla, como decíamos en principio estaba algo desprendida, con el corte se desprendió una zona, y ahora se resquebraja la misma cada vez que damos una calada porque la fina hoja de la capa se queda pegada a los labios y hay que tener bastante cuidado para no despegarla del todo. Con tanto mimo que estamos teniendo, en un descuido se ha apagado el habano y tengo que volver a reencender para entrar en el último tercio, ahora lo hago por comodidad con encendedor Bic.




Entramos en el tercer y último tercio con la desagradable presencia del apagado y el nuevo reencendido, se nos vuelve a presentar un tiro excelente, con una carga de humo en boca que hace el deleite del fumador, con exhalaciones de humo blanco, sedoso y muy cremoso. Con el reencendido tenemos una combustión pareja y homogénea con un resultado de ceniza compacta de tonalidad gris más clara que el resto de los tercios, cuando está a punto de alcanzar la ceniza la anilla cae de nuevo y otra vez la planeidad se hace presente. Los aromas persisten como en los tercios anteriores y el sabor ahora es más tímido al eliminar la concentración de los sabores con el corte antes realizado para el reencendido, encontramos notas madereras, tostadas, cafeteras, mayor presencia del especiado, pero sigue permaneciendo ese amargor que ha presidido toda la fumada y a que mi particularmente no me satisface plenamente. La fortaleza no aumenta y quédase ésta en el grado medio, fortaleza que ha sido fiel de principio a fin de la fumada. Y allí descansa este regalo que me acompañó durante 79 minutos en su lugar deseado.


 








     Durante toda la fumada ha estado en mi presente la compañía de mi amigo y compañero doctor Algarra, me hubiera gustado haber fumado este ejemplar en su presencia, pero ahora en la soledad del estío de este mes de agosto de nuevo ha venido a mi recuerdo en esta fumada su figura, momentos memorables de hechos pretéritos, y una conversación que tengo presente siempre, durante un descanso en una sesión de trabajo en Toledo hablábamos de Historia, de las hazañas del Gran Capitán, a ninguno de los dos nos salía en ese momento el nombre completo de este ilustre personaje, seguimos con la sesión y ambos seguíamos pensando en el nombre, al finalizar y cuando él se marchaba para Cuenca y yo para Cáceres, me dijo: “Ismael, Ismael, el nombre es Gonzalo Fernández de Córdoba”. Que gran persona, que gran amigo. Y aunque no fue un habano memorable si que ha sido una fumada memorable y plausible. Hasta siempre doctor Algarra.